sábado, 16 de enero de 2010

¡STOP! Continue

Feliz Año a todos! :D

¿Hemos pasado bien las fiestas? Yo sí. Pero ahora estamos de exámenes y no va a ser esto la alegría de la huerta, aunque aquí estoy yo para deciros que...

Odio a las señoras!

Bueno, a todas no, y también habrá señores... Pero mi cerebro genera siempre el mismo recuerdo. Os pongo en situación:
Caminando a nuestro ritmo, por una acera ni grande ni pequeña, pero que está ocupada por dos señoras que charlan animadamente delante de vosotros en vuestra misma dirección. Normalmente estarían más que adelantadas, pero puede ser que su trayectoria no sea lo que viene siendo recta del todo, así que cuando pretendéis adelantar por un lado, mágicamente las señoras se desvían para ese lado y, o bien nos comemos una papelera, o una parada de autobús, o una señal, o hay una moto aparcada. Por lo que sin casi darnos cuenta nos vemos dando pequeños saltitos adaptando nuestra zancada al minipasito de las señoras.



 Ejemplo dramatizado de dos señoras en momento de cháchara distendida


El caso es que cuando por fin vemos el horizonte despejado, nadie viene de frente, no hay obstáculos aparentes a los márgenes de la acera, decidimos apretar el paso y comenzar el tan ansiado adelantamiento geriátrico.

¡Pero no! La conversación de las señoras ha llegado a su punto álgido: ¡¡¡las patatas estaban ayer el doble de caras que en el mercado el día anterior!!!

Y claro, las dos señoras se paran y se separan levemente para mirarse fijamente con cara de sorprendidas.

Todo esto mientras tu te has medio tropezado contigo mismo y estás yendo al pairo por no comértelas (con las patatas) y vas en dirección escaparate o dirección atropello.

Si has cometido el error de rozarlas, oirás mientras estás volando sin remedio hacia el inconsciente: "qué desconsiderados estos jóvenes, qué prisas se traen".

Si, amigos de Ajo curioso. Yo también he sufrido a las señoras con trayectoria y velocidad (y criterio) irregular.

Aunque siempre puede ser peor...

Volvamos a escenificar:

Dia de lluvia por sorpresa, tú no llevas más que una chaquetilla y correteas bajo los soportales y balconadas esquivando la lluvia como un pobre gato escapa del aspersor automático del vecino.

De repente y sin avisar, aparece... una señora. Sí, otra señora con paraguas que viene de frente... Y no piensa dejar de ir bajo los soportales. Primero, porque ella es una señora, y segundo, porque es mayor.

Y ahí se acerca, saltándole chispas de la varilla del paraguas que va rozando contra el ladrillo del bajo comercial ese que nunca encuentra quien lo alquile... Marcando territorio. Y tú con tu mejor cara de pena/ojos brillosos que aprendiste viendo una y otra vez al gato con botas en Shrek. Pero nada, no funciona... Y hasta parece que la señora te enseña los dientes (posiblemente no sean suyos, pero sí están en su boca. Así que el efecto es doblemente angustioso) y eso significa que...

Efectivamente, o te has aplastado contra la pared y no has tenido más remedio que sacrificarte y hacerte una escarcificación por el pecho por donde ha pasado esa varilla afilada al rojo. O te ha saltado directamente un ojo (esto daría para otra entrada). Aunque, lo más probable es que  te has tenido que apartar y mojar, albergando además una extraña sensación de culpabilidad... A pesar de que ella llevaba 6 capas de ropa, un chubasquero y el maldito paraguas de la muerte. Y tú esa chaquetilla que ahora es una esponja.

Y mientras estornudas e incubas la pulmonía oirás: "qué desconsiderados estos jóvenes, qué prisas se traen".

Porque estas señoras también hablan solas.

4 comentarios:

  1. muy bueno,señoras...

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  2. Y no olvidemos la ecuacion no escrita (creo que de Hawkins) sobre las señoras y el espacio en la acera: en una acera enorme iran haciendo zig zags mientras andan para que no puedan ser adelantadas; en aceras estrechas se pararan a hablar para que nadie pueda pasar.

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  3. Varo el macaquito de tu perfil mesuea mucho jeje l usamos pa hacer la presentacion de una gala en meira en la que estreabamos O Paquete y dabamos todos los cortos, le doblamos las voces a un par de ellos.... y ya esta! gaioso e superpiñeiro!

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  4. O los que se quejan porque te acercas a la pared y te chillan "eii que teneis que ir por la derecha!" cuando ellos van con un paraguas tamaño industrial...

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